Se dice que Sevilla, capital de la comunidad andaluza, es una de las ciudades más hermosas que puedan existir, no solo España, sino el resto de Europa. Después de Madrid, Barcelona y Valencia, esta localidad es una de las más pobladas y una de las que posee más atractivo turístico. Su legado árabe le impregna un aire añejo y hermoso, invadiendo sus estructuras arquitectónicas y decorando la ciudad con innumerables monumentos y además, nos obsequia una postal visual para no olvidar.
En su casco histórico podemos encontrar diversas construcciones declaradas Patrimonio de la Humanidad, además de predominar las plazas y calles pintorescas, siendo todas ellas acreedoras de esa pisca de bullicio festivo que cautiva a cualquiera, y entre esos barrios reconocidos encontramos a La Macarena y a Triana.
Igualmente, Sevilla no agota sus posibilidades, por lo que resulta en un destino inmejorable ya sea para un viaje en pareja o para alimentar la sed de conocimiento. Son ilimitados los intereses que se ofrecen; la abundante oferta hotelera no decepciona, así como tampoco lo hacen las atracciones que esta localidad nos brinda, desde parques temáticos, teatros, cines, museos y centros de arte hasta la invitación a gran cantidad de tascas, clubes y terrazas en los que podremos disfrutar de una forma divertida y despreocupada de las tradiciones típicas de esta región.
El espíritu festivo sevillano es también un gran complemento al abanico de posibilidades turísticas que ofrece. Allí se celebran fiestas declaradas Interés Turístico Internacional, como por ejemplo la Feria de Abril y la Semana Santa. Asimismo, la riqueza natural que yace en Sevilla es deslumbrante. Existen campos como el Parque Natural Doñana, que fue reconocido con el título de Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera por la UNESCO, o el Parque Nacional Natural de la Sierra.