Compostela significa ‘campus stellae‘ o ‘campo de la estrella’, estrella que, según la leyenda, indicó el rumbo a seguir para encontrar al Apóstol. Y ese es el objetivo que persiguen todos los peregrinos que, siglo tras siglo, se dirigen a una ciudad única en el mundo: Santiago de Compostela.
Pero el Camino es duro y, como siempre, con múltiples vías y recovecos. Por eso, he aquí una selección de las rutas y sus características, para, a continuación, centrarnos en una de las más hermosas: el Camino del Norte.
1. El Camino Francés: Es el más conocido. Une Saint Jean de Pied de Port con la capital gallega y, desde el siglo IX, es la ruta de peregrinación más importante de la Europa medieval. Para muchos el Camino Francés es el encuentro con uno mismo. En él se mezcla a la perfección naturaleza y religiosidad, arte y pisada. Los paisajes de esta ruta son espectaculares y existe una buena red de albergues que garantizan el alojamiento.
2. El Camino Aragonés: Se desconoce su origen y es una fuente de misterios. Lo cierto es que este camino también empieza en Francia y pasa por sitios como Jaca, Arrés, Ruesta, Sangüesa, Monreal y Puente la Reina-Gares. Hay un punto de confluencia con el Camino Francés.
3. El Camino Primitivo: Es la senda que tomó Alfonso II el Casto, en el siglo IX. Empieza en Oviedo y son 13 etapas. Aunque no está tan bien acondicionado como el francés, esta ruta está señalizada y cuenta con una red de alojamientos. Es la opción idónea para aquellos que busquen soledad y recogimiento.
4. La Vía de la Plata: Desde los romanos, fue el principal eje de comunicación occidental en España. Va desde Mérida a Astorga y hoy cuenta con más de 4.000 peregrinos anuales. La mayoría sale desde Sevilla y sigue hasta Granja de Moreruela, en Zamora. Desde allí se desvían por el Camino Sanabrés que les lleva hasta Santiago. Otros siguen hasta Astorga y enlazan con el Camino Francés. Espectacular.
5. El Camino Sanabrés: También conocido como el Mozárabe. Va de la mano de la Vía de la Plata, desde el sur español, y pasa por una red de monasterios situados, principalmente, en la provincia de Zamora.
6. El Camino Portugués: Es uno de los caminos más fáciles de hacer porque hay menos desniveles. Además, se puede elegir. De Lisboa a Santiago hay unos 600 kilómetros que se hacen en 24 días. Desde Oporto son 240 y lleva 10 días. También puede empezarse en Tui y ya son 119 kilómetros que no duran los 6 días. Asequible.
7. El Camino Inglés: Empieza en el mar, zarpando al sur de Inglaterra y es toda una odisea marítima. Sin embargo, en la Península comienza en Ferrol y, desde ahí, pasa por localidades como Neda, Pontedeume, Betanzos o Sigüeiro. Un camino distinto.
8. El Camino Baztanés: Desde Bayona a Pamplona hay una ruta para llegar a Galicia. Son 6 etapas y enlaza con otros caminos.
9. El CAMINO DEL NORTE o el Camino de la Costa: Aunque todos los caminos llevan a Santiago y son todos especiales, la verdad es que el Camino del Norte es una maravilla para todos los amantes del mar. Esta vía, tan antigua como el Camino Francés, se ha convertido en una de las más populares por sus increíbles paisajes.
Sale desde Irún y llega a Compostela por Arzúa. Pasa por sitios como San Sebastián, Lezama, Bilb
ao, Portugalete, Laredo, Santander, Comillas, Llanes, Gijón, Oviedo, Avilés, Luarca, Ribadeo, Vilalba o Sobrado dos Monxes.
La distancia que recorre es una de las más largas, después de la Vía de la Plata, y está muy bien señalizado. Sin embargo, es importante que la red de peregrinos no es tan abundante como en el caso de las otras rutas. Lo mejor: las ciudades por las que pasa y las vistas del mar. Merece la pena sin dudarlo.