Bien sea conocida como la Ciudad de las Cien Torres o la Ciudad Dorada, Praga fue y seguirá siendo el corazón de Europa. Para aquellos amantes de su historia esta rápida guía de tres días les describe todo lo que no pueden dejar de visitar.
Praga en 3 días
1. Lo primero que pueden hacer es darse un paseo por la Ciudad Vieja, medieval en su estilo y en donde podremos encontrar la mayor parte de Las Cien Torres. Al llegar a la Plaza de la Ciudad Vieja conocerán el Reloj Astronómico, justo al lado del Puente de Carlos IV, la Iglesia de Týn, iluminada a la perfección, el Ayuntamiento o el Clementinum, uno de los edificios más extensos de la ciudad, ubicado detrás del Castillo de Praga.
Y para concluir este primer día podemos cenar uno de los platos típicos de Praga, como lo es el Goulash, platillo que básicamente consta de una base de estofado de carne con vegetales, o en cualquiera de sus deliciosas variantes.
2. En nuestro segundo día podemos visitar el Castillo de Praga, uno de los más grandes del mundo y la más importante de las edificaciones de la República Checa. Este esplendoroso castillo nos muestra un conjunto de palacios y hermosos edificios conectados además, por pequeños y acojedores callejones.
No podemos dejar de pasar por el Callejón de Oro, ocupado por pequeñas casas de colores que alguna vez albergaron a los orfebres de la zona. E igual de importante es nuestro paso por la Catedral de San Vito, con su invalorable historia y su contenido artístico.
A la hora de almorzar podemos comer una Kulajda (sopa cremosa a base de puré de papas, hongos y leche agria), y una Bramborak (tortilla frita de masa de papas).
Para continuar este segundo día en Praga, podemos retornar a la Ciudad vieja y explorar la Torre de la Pólvora, la cual se encuentra en la Casa Municipal, con un estilo art nouveau, y disfrutar de sus salas expositivas. Caminando un poco hasta llegar a la Plaza de Wenceslao, se encuentra el Museo Nacional y la Ópera Estatal, edificios en los que, seguramente demoremos hasta el anochecer.
Para cenar podemos atrevernos con unas Knedlíky (bolitas de harina hechas de papas o pan rallado), unos Chlebicky (canapés de diferentes ingredientes) y unas deliciosas Utopenec (Salchichas maceradas con pimiento y cebolla frita).
3. Para terminar nuestro paseo por las callejuelas de Praga, no debemos olvidar pasar por Josefov, el barrio judío con su cementerio y las seis sinagogas. Luego pueden llegar hasta el Río Moldava, para conocer la ciudad desde allí y contratar un paseo en barco para degustar una Šopský salát (ensalada de tomate, pepino, cebolla, pimiento y queso blanco), un Tlačenka (cabeza de jabalí con cebolla y pan), Pražská šunka (jamón típico de Praga y una Chocroute (col fermentada).