En Madrid todos los domingos y feriados se da un peculiar fenómeno comercial que es una visita obligatoria para todo turista que tenga la dicha de toparse en su itinerario con uno de estos días: El Mercadillo de “El Rastro”. Es una aglomeración de pequeños tarantines, en su mayoría (existen también numerosos lugares establecidos y otros que no están identificados) a lo largo de un muy grande sector del barrio “La Latina” de Madrid en donde se puede conseguir, literalmente, de todo.
Sin embargo, este “evento dominical” no es algo nuevo. Parece remontarse a mediados del siglo XVIII, manteniendo su esencia hasta hoy día, y ampliando la variedad de mercancías que se ofertan, puesto que ya no son sólo vestimentas de segunda mano, sino todo lo imaginable: pinturas, relojes, películas, video juegos, libros, revistas, gafas, juguetes, artículos de cocina, baratijas, flores, souvenirs, frutos secos, caramelos, entre otros. Los precios son variables, desde accesibles y reales gangas, hasta objetos con historia que pueden resultar bastante costosos como relojes del siglo XIX, armas antiguas u objetos de diseñador.
La genialidad de este mercadillo es que no está señalado en ninguna guía de turismo, es más un evento que se descubre por cuenta propia durante los paseos de domingo por el centro de Madrid o que alguna amistad te comente sobre ello. Pero no hay pérdida, puesto que abarca una amplia zona de varias calles, alrededor de unos 3500 puestos según las regulaciones municipales son los encargados de dar vida a esta vendimia dominical, es fácil percatarse de su existencia, sin embargo, tiene un horario estricto: de 9am hasta las 3pm. Para acceder a él desde cualquier parte de Madrid se puede hacer uso del metro y bajarse en cualquiera de las siguientes estaciones: Tirso de Molina, Sol, La Latina, Ópera, Puerta de Toledo, Lavapiés y Embajadores.
Otro elemento a destacar del mercadillo es la diversidad cultural presente en sus puntos de venta: desde lo autóctono español hasta puestos de comunidades árabes, judías y de otras religiones que intentan educar a quien le interese sobre la fé que profesan, o vender mercancías para sufragar los gastos de sus fundaciones. Los amantes de los libros también pueden encontrar innumerables vertientes culturales al encontrar tomos en distintos idiomas y de orígenes variados.
No pierdas la oportunidad de encontrar objetos que desees durante un pintoresco paseo citadino que ofrece muchísimo más de lo que podrías conseguir en cualquier otro lugar del mundo.