En la Sierra Oeste de Madrid hay un hotel solo para niños de 2 o 8 años. Se trata de Rapaziños, un alojamiento rural pensado exclusivamente para los más pequeños de la casa (enlace a su página web aquí). Las camas, los lavabos, las habitaciones… ¡todo está diseñado a su medida! El objetivo de este hotel es dar cobijo y actividades especializadas en la infancia.
PERSONAL ESPECIALIZADO
Generalmente, a Rapaziños acuden grupos de niños con la escuela, sus padres o con monitores de campamentos urbanos. Aunque, también lo pueden hacer solos. Lo más frecuente es que vayan durante las vacaciones y, además de dormir todos los niños en su espacio reservado, también disfrutan de una serie de actividades organizadas. El hotel cuenta con personal especializado en la educación infantil. Así, los padres o profesores pueden disfrutar de la calma; y los niños, de la sierra.
ACTIVIDADES «A SU MEDIDA»
Con monitores bien formados, Rapaziños ofrece sesiones de senderismo adaptadas a los más pequeños. En los paseos por el bosque, observan las aves y aprenden sobre plantas y árboles. También hay juegos al aire libre, para fomentar la imaginación y el compañerismo, y un aula en la naturaleza para la educación ambiental.
UN HOTEL BIEN DISEÑADO
La casa rural dispone de 500 metros cuadrados y está ubicada en Valdemaqueda (enlace aquí). En su interior no hay puertas y solo están cerrados los espacios de mayor intimidad. Se busca que los niños no tengan la sensación de estar perdidos ni encerrados. Además, el dormitorio es circular y todos los niños duermen en literas. Como son muy pequeños, en la habitación hay una monitora para darles seguridad.
Respecto al número de niños en la casa, se admite un máximo de 20 huéspedes porque la atención en este hotel exclusivo es totalmente personalizada. Por otra parte, todo en el hotel está pensado para que los niños tengan la total libertad de corretear por todas partes. Existen numerosas medidas de seguridad para que ellos descubran el mundo a su medida.
OTRAS CURIOSIDADES DEL HOTEL
La casa también dispone de un jardín de 800 metros cuadrados. Las comidas son personalizadas y los menús se realizan a diario teniendo en cuenta las necesidades de los niños (celíacos, alergia a los lácteos…). Todos los platos se hacen con productos naturales y tienen una presentación atractiva. Se trata de crear un entorno agradable para que los niños disfruten al máximo de su estancia en el hotel. Por cierto, los padres pueden comunicarse con sus hijos en cualquier momento, para darle al niño una mayor sensación de seguridad.
PRECIO: La estancia de domingo a viernes (durante la semana) cuesta 210 euros con comidas incluidas. Principalmente, el hotel está pensado para que los niños tengan vacaciones cuando sus padres trabajan. ¡Es un turismo a su medida!